Diogo Jota, Andre Silva reciben un funeral conjunto al que asisten compañeros de equipo


¿Cuál es la historia?
El mundo del fútbol está de luto como jugadores portugueses Diogo Jota y Andre Silva fueron enterrados en un funeral conjunto el sábado. Los hermanos perdieron la vida en un accidente automovilístico el jueves, dejando atrás una comunidad afligida. Cientos de lugareños y fanáticos se reunieron en el Igreja Matriz de Gondomar, el lugar de donde son, para pagar los respetos finales. Aquí hay más.
Presencia de estrellas
Compañeros de equipo Van Dijk, Robertson entre los que asistieron al servicio
Al funeral asistieron varios futbolistas de alto perfil, incluidos los compañeros de equipo del Liverpool de Jota Virgil Van Dijk y Andy Robertson entre varios otros. Fueron vistos llevando tributos florales a la iglesia antes de la ceremonia. Mientras tanto, Jordan Henderson, el ex capitán del Liverpool, colocó flores en memoria de su amigo y ex compañero de equipo Jota en Anfield. El trágico accidente ocurrió en la provincia española de Zamora, mientras que los hermanos se dirigían a un ferry para el entrenamiento de pretemporada de Jota con el Liverpool FC.
Impacto local
El funeral se llevó a cabo en Gondomar
El funeral se llevó a cabo en Gondomar, una pequeña ciudad portuguesa cerca de Porto que se ha dejado tambaleándose después de la muerte de los hermanos. La comunidad se unió para llorar su pérdida, con muchos visiblemente molestos. Los partidarios al otro lado de la barrera aplaudieron a los jugadores mientras entraban, mientras que una mujer gritaba «Fortaleza!» – fortaleza.
Tributo silencioso
Los invitados tuvieron que mirar desde afuera
Familias y amigos cercanos de Jota y Silva entraron en la iglesia en silencio, las cabezas se inclinaron cuando sonó la campana de la iglesia. Una persona en la procesión tenía un letrero con la fotografía de Silva decía: «Para siempre uno de nosotros«(Siempre uno de nosotros). El impacto de los hermanos en el fútbol y su comunidad local fue tan grande que algunos invitados tuvieron que mirar desde afuera, abrazándose para la comodidad.