
Desde su descubrimiento en la isla griega de Antikythera en 2001, se pensó que el mecanismo de Antikythera era un dispositivo de medición celestial. A veces se llamaba la computadora más antigua del mundo por su capacidad para realizar cálculos astronómicos.
El dispositivo podría rastrear las posiciones del sol, la luna y los planetas, prediciendo futuros eclipses lunares y solares. Consiste en una manivela con múltiples engranajes entrelazados y dientes en forma de triángulo.
El mecanismo de Antikythera se construyó hace unos 2.200 años. Fue encontrado en un naufragio en la parte inferior del mar. El barco probablemente se hundió alrededor del 65 a. C.
El tiempo del dispositivo bajo el agua ha provocado que los engranajes se vuelvan altamente corroídos, y faltan varias partes. Fue descubierto junto con otros artefactos, como un juego de mesa, un brazo de bronce una vez unido a una estatua, un jefe de estatua de mármol de Hércules y los restos de un antiguo trono. Muchos de los artefactos eran productos de lujo pertenecientes a los ricos.
Hoy, solo 82 fragmentos, aproximadamente un tercio del mecanismo original, han sobrevivido. Los restos se conservan en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.
Durante décadas, los académicos han estado tratando de comprender el dispositivo. Algunos han teorizado que el inventor griego Arquímedes lo hizo, pero esto no está confirmado. Hay inscripciones griegas en el mecanismo.
Con el dispositivo en mal estado, era difícil saber si se suponía que el mecanismo de Antikythera era realmente una computadora sofisticada o simplemente un juguete simple. En un nuevo estudio, los científicos de Argentina crearon una simulación por computadora que replicaba los movimientos del mecanismo de Antikytera.
La simulación incorporó errores que surgirían de los engranajes del mecanismo separados de manera desigual e incluyó un modelo preciso de sus dientes en forma de triángulo, lo que afectó la forma en que los engranajes entrelazados entre sí.
Según este modelo, el equipo de investigación descubrió que el mecanismo en realidad no era muy útil. Solo podría estar en marcha a unos cuatro meses en el futuro antes de que se atasque o sus engranajes desconectados. Entonces, el usuario tendría que restablecer todo nuevamente.

Posiblemente, el dispositivo era solo un juguete elegante que no era completamente preciso. Pero los investigadores no creen que sea un juguete debido a su artesanía detallada. No tendría sentido poner tanto esfuerzo en algo que se suponía que era un juguete.
Es más probable que las mediciones actuales de dientes y engranajes estén apagados. Después de más de 2,000 años de corrosión, los componentes pueden haberse deformado más allá de su estado original. Los creadores del mecanismo pueden haberlo hecho lo suficientemente precisos como para evitar que se atasque y proporcionar predicciones confiables muchos años en el futuro.
El nuevo estudio fue enviado al servidor de preimpresión arxiv.
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