La Unión Africana insta a los Estados miembros y a la comunidad internacional «a no reconocer ningún gobierno o entidad paralela».

La Unión Africana dice que el anuncio de un gobierno paralelo en Sudán devastado por la guerra corre el riesgo de cortar el país, ya devastado por casi dos años de lucha.

Las fuerzas de apoyo rápido paramilitares (RSF) se han encerrado en un conflicto brutal con las fuerzas armadas sudanesas (SAF) desde que Abril de 2023En una guerra que ha reclamado decenas de miles de vidas y desarraigado a más de 12 millones de personas.

La guerra, inicialmente provocada por desacuerdos sobre la integración de la RSF en el ejército, ha desgarrado el país, con el ejército que ahora controlan el este y el norte de Sudán y el RSF que domina el Darfur occidental y grandes partes del sur.

El RSF y sus aliados el mes pasado firmaron una «carta fundadora» de un gobierno separatista, en una señal adicional de la astilla del país.

Los firmantes del documento tienen la intención de crear un «gobierno de paz y unidad» en áreas controladas por los rebeldes, informó la Agencia de Noticias de la AFP.

La Unión Africana (AU) advirtió el miércoles que la medida planteó «un gran riesgo de partición del país».

Instó a todos sus Estados miembros, así como a la comunidad internacional, «no reconocer ningún gobierno o entidad paralela dirigida a dividir … la República de Sudán o sus instituciones».

En declaraciónDijo que la UA «no reconoce al llamado gobierno o entidad paralela en la República de Sudán».

El martes, la Unión Europea también reiterado su compromiso con la «unidad e integridad territorial de Sudán».

Esto sigue una advertencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la semana pasada que expresó «graves preocupaciones» sobre la «Carta Fundadora», y agregó que podría empeorar una «situación ya humanitaria terrible».

La guerra en Sudán ha volcado a la nación empobrecida.

El jefe de los derechos de la ONU, Volker Turk, advirtió el mes pasado que Sudán estaba «mirando al abismo» y que el país se enfrentaba a la «crisis de desplazamiento más grande del mundo», con millones de personas forzadas de sus hogares desde que comenzó la lucha.

Mientras tanto, casi 25 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria grave, 600,000 de los cuales están «al borde de la inanición», la ONU advirtió recientemente.

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