Los dueños de perros que se refundan sobre el estrés laboral pueden transmitir ansiedad a su perro: estudiar

Si su trabajo lo hace sentir tenso, su perro también lo está sintiendo.
Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports descubre que el estrés del trabajo puede afectar a su perro en casa.
La investigación, dirigida por Tanya Mitropoulos y Allison Andrukonis, muestra que cuando los dueños de perros se detienen en problemas laborales después de horas, un hábito conocido como «rumia relacionada con el trabajo», sus mascotas muestran más signos de estrés.
Los investigadores encuestaron a 85 dueños de perros que trabajan.
Medieron el estrés laboral y con qué frecuencia las personas seguían pensando en el trabajo durante su tiempo libre.
Luego preguntaron cómo los propietarios estresados pensaban que eran sus perros y también rastrearon comportamientos reales vinculados al estrés canino, como quejidos, ritmo o inquietud.
El estudio encontró que los propietarios con mayor estrés laboral tenían perros que mostraron más comportamientos relacionados con el estrés.
Ese enlace se mantuvo fuerte incluso cuando los investigadores representaron otro estrés en el hogar.
Curiosamente, los propietarios no siempre se dieron cuenta de que sus perros estaban estresados.
Fue el comportamiento de un cachorro lo que contó la historia.
¿El factor importante que impulsa la conexión? Rumia.
Los propietarios que se llevaron mentalmente a casa tenían más probabilidades de haber estresado a los perros.
Pensar en el trabajo fuera del reloj parecía extender el estrés de los humanos a las mascotas.
Esta idea se conoce como «crossover», cuando el estrés de una persona se derrama a otros en un hogar.
Investigaciones anteriores han demostrado que esto sucede entre los cónyuges, y ahora también hay evidencia de que puede suceder entre las personas y sus mascotas.
Los perros son especialmente sensibles al estado de ánimo de sus dueños. Los científicos llaman a esto «contagio emocional», la idea de que los perros pueden captar sobre los sentimientos humanos a través del tono de voz, el lenguaje corporal y otras señales sutiles.
Cuando un propietario está distraído o irritable del estrés laboral, el perro se da cuenta. Con el tiempo, esto puede afectar el bienestar del perro.
El estudio también sugiere otra explicación.
Cuando las personas se centran en los problemas laborales, pueden volverse menos pacientes, más distantes o menos consistentes con rutinas como caminatas y alimentación.
Ese tipo de cambio en la atención también puede aumentar el estrés en los perros.
Los autores señalan que los estadounidenses ven abrumadoramente a sus mascotas como parte de la familia.
Eso hace que sea aún más importante entender cómo nuestro comportamiento los afecta.
En palabras del estudio, «los dueños de perros empleados pueden beneficiarse de evitar las reflexiones relacionadas con el trabajo cuando están en casa para proteger el bienestar del mejor amigo del hombre».
Dejar el trabajo a un lado cuando caminas por la puerta no solo ayuda a tu propia salud.
También ayuda a tu perro.