Antes de saltar a las compras, tómese el tiempo para evaluar sus finanzas y establecer un presupuesto realista para sus necesidades de muebles.
Un error común es subestimar los costos, lo que lleva a un gasto excesivo o se conforma con una menor calidad.
Una buena regla general es asignar del 10% al 15% de sus ingresos anuales para amueblar y decorar su hogar.
Este enfoque garantiza un equilibrio, lo que permite un gasto manejable sin comprometer la calidad o el estilo.