La NASA quiere desarrollar tecnología que pueda reciclar 96 bolsas de desechos humanos que dejan en la luna por los astronautas Apolo 11 en 1969.
Estas bolsas contienen heces, orina y vómito, que se descartaron para hacer espacio para las muestras lunares recolectadas durante la misión.
Ahora, la Agencia Espacial espera transformar ese desperdicio en recursos valiosos como agua, energía y fertilizantes.
Este movimiento marca un paso hacia una exploración espacial más sostenible al reducir la necesidad de transportar suministros de la Tierra.