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Resultados de la encuesta de miedo: los conductores adolescentes a menudo miran sus teléfonos

Un nuevo estudio revela que los conductores adolescentes en los Estados Unidos están gastando más de una quinta parte de su tiempo de manejo distraído por sus teléfonos, y muchas miradas duran lo suficiente como para aumentar significativamente el riesgo de un accidente. Publicada en la revista Prevención de lesiones de tráfico y publicada el jueves, la investigación encontró que, en promedio, los adolescentes informaron haber mirado sus teléfonos durante el 21.1% de cada viaje de conducción. Más de una cuarta parte de esas distracciones duraron dos segundos o más, lo cual es una cantidad de tiempo ampliamente reconocida como peligrosa a velocidades de carretera.

La mayoría de las distracciones vinculadas al entretenimiento, no emergencias

La principal razón por la que los adolescentes dijeron que alcanzaron sus teléfonos detrás del volante fue para el entretenimiento, citado por el 65% de los encuestados. Los mensajes de texto (40%) y la navegación (30%) también fueron comunes. Los investigadores enfatizaron que estas distracciones no eran típicamente urgentes, sino habituales o sociales.

Los adolescentes conocen los riesgos

El estudio incluye respuestas a la encuesta de 1.126 conductores adolescentes en las cuatro regiones estadounidenses, junto con entrevistas en profundidad con un grupo más pequeño de estudiantes de secundaria. La mayoría de los participantes reconocieron que la conducción distraída no es segura y creía que sus padres y compañeros desaprobaban el comportamiento.

Pero muchos adolescentes también asumieron que sus amigos lo estaban haciendo de todos modos, señalando una desconexión entre los valores personales y las normas sociales percibidas.

Los adolescentes piensan que pueden resistir las distracciones

Curiosamente, la mayoría de los adolescentes expresaron su confianza en su capacidad para resistir las distracciones. Esa creencia, sugieren los investigadores, podría dificultar el cambio de comportamiento a menos que las campañas de seguridad futuras sean específicamente de estas actitudes.

La autora principal del estudio, la Dra. Rebecca Robbins del Hospital Brigham and Women’s del Boston, dijo que las intervenciones deberían apuntar a cambiar las normas sociales al tiempo que enfatizan los pasos prácticos, como permitir «no perturbar» el modo y separar físicamente a los conductores de sus dispositivos.

«La conducción distraída es una grave amenaza para la salud pública y particularmente preocupante entre los conductores jóvenes», dijo Robbins. «Conducir distraído no solo pone al conductor en riesgo de lesiones o muerte, sino que pone a todos los demás en el camino en peligro de un accidente».

Lo que esto significa para padres y educadores

Los investigadores dicen que sus hallazgos pueden ayudar a guiar a los educadores y a los padres a desarrollar mensajes más persuasivos sobre los peligros de la conducción distraída. Una de las recomendaciones es que los adultos necesitan contrarrestar las creencias de los adolescentes de que el uso del teléfono mientras conduce es productivo o inofensivo.

Si bien el componente cualitativo del estudio estaba limitado por una muestra pequeña y no urbana, los autores creen que la encuesta de 38 preguntas que desarrollaron puede usarse más ampliamente para evaluar las creencias, los comportamientos y la efectividad de los futuros esfuerzos de seguridad.



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