El libro clásico que definió el feminismo antes de que fuera un movimiento


El libro clásico que definió el feminismo antes de que fuera incluso un movimiento (crédito de imagen – Instagram)
Mucho antes de que el «feminismo» se convirtiera en una palabra antes de las olas, las manifestaciones y los consignas, había una mujer con un bolígrafo, una convicción feroz y una idea revolucionaria: que las mujeres no son naturalmente inferiores a los hombres, pero solo están hechas para parecer así por falta de educación. Esa mujer era Mary Wollstonecraft, y su libro ‘Una reivindicación de los derechos de la mujer’, publicada en 1792, todavía se considera uno de los textos fundadores del pensamiento feminista.
En un momento en que se esperaba que las mujeres fueran obedientes, de voz suave y confinadas a la vida doméstica, Wollstonecraft desafió todo el sistema. No solo quería que las mujeres fueran tratadas amablemente: quería que fueran tratadas por igual y no tenía miedo de decirlo en voz alta.
Una voz radical en una era restrictiva
Mary Wollstonecraft vivía en Inglaterra del siglo XVIII, un mundo donde las mujeres tenían pocos derechos legales, acceso limitado a la educación, y a menudo eran consideradas como propiedad de sus esposos o padres. No se esperaba que la mayoría de las mujeres pensaran por sí mismas, y mucho menos publicar libros sobre política, filosofía e igualdad.
Pero Wollstonecraft era diferente. Ella creía que las mujeres eran tan capaces de razón, moralidad e independencia como los hombres. El problema, argumentó, no era naturaleza, era nutrición. La sociedad simplemente no permitió que las mujeres crecieran en todo su potencial.
En «una reivindicación de los derechos de la mujer», argumentó que las mujeres deberían recibir la misma educación que los hombres, no para que pudieran convertirse en hombres, sino que pudieran convertirse en seres humanos plenamente realizados. Ella creía que las mujeres inteligentes y educadas harían mejores esposas, madres, trabajadores y ciudadanos.
Sus ideas eran audaces, y muchas en ese momento las veían como peligrosas. Pero ella escribió con claridad, lógica y un sentido de propósito inquebrantable. No estaba interesada en complacer a todos: estaba interesada en decir la verdad.
Un libro antes de su tiempo
El libro de Wollstonecraft fue una respuesta a los pensadores de la Ilustración, muchos de los cuales habló sobre la libertad y los derechos, pero dejó a las mujeres fuera de la conversación. Ella cuestionó por qué la igualdad solo debería aplicarse a los hombres, y no tenía miedo de llamar a la hipocresía.
Su tono era tranquilo y razonado, pero su mensaje era revolucionario: las mujeres no son adornos. No son juguetes. Son personas.
Ella no estaba pidiendo que las mujeres gobernaran sobre los hombres. Simplemente quería que las mujeres tuvieran las mismas posibilidades de crecer, aprender y vivir con dignidad. Eso puede sonar obvio hoy, pero en 1792, fue radical.
Lo que lo convierte en un clásico
‘Una reivindicación de los derechos de la mujer’ sigue siendo un clásico no solo porque fue el primero de su tipo, sino porque sentó las bases de las ideas que alimentarían los movimientos de las mujeres en los siglos venideros.
La escritura de Wollstonecraft es apasionada pero fundamentada. Ella no despotrica, razones. Ella presenta sus argumentos de una manera que aún resuena, incluso en el mundo actual de debates de género, desigualdad en el lugar de trabajo y brechas educativas.
Y a diferencia de muchos textos más antiguos, su escritura es sorprendentemente accesible. Ella escribe como si te estuviera hablando directamente, pidiéndote que mires a tu alrededor y cuestiones lo que te han dicho sobre las mujeres, los hombres y lo que cada uno «significa» ser.
Su legado vive en
Pero en el siglo XX, durante el surgimiento de los movimientos de las mujeres en todo el mundo, su trabajo fue redescubierto y celebrado por lo que realmente era: un grito visionario por la igualdad en un mundo que aún no tenía el lenguaje para nombrarlo.
Hoy, es recordada como una de los primeros verdaderos pensadores feministas, alguien que se atrevió a hablar siglos antes de que se considerara aceptable hacerlo. Las estatuas, ensayos, cursos académicos y libros han rendido homenaje a su trabajo. Y una reivindicación de los derechos de la mujer permanece impresa, aún relevante, aún poderosa.
El mundo ha cambiado de muchas maneras desde 1792. Pero la lucha por la igualdad para el acceso, el respeto y la oportunidad está lejos de terminar. El llamado de Wollstonecraft para educar a las niñas, tratar a las mujeres como seres racionales y verlas como iguales que aún son fuertes hoy.
Su libro es un recordatorio de que el progreso a menudo comienza con una voz, una persona dispuesta a escribir la verdad, incluso cuando nadie más quiere escucharlo.
Entonces, la próxima vez que alguien diga que el feminismo es una idea moderna, cuénteles sobre Mary Wollstonecraft. Cuéntales sobre un libro escrito hace más de 230 años, por una mujer que se negó a guardar silencio.
Porque antes de que el feminismo tuviera un nombre, ella le dio una voz.