El Nawabi Yogi de Awadh: Wajid Ali Shah y el espectáculo de Jogia Jashan


Izquierda: Nawab Wajid Ali Shah (Foto: Wikimedia Commons); Derecha: Wajid Ali Shah con su reina, Begum Akhtar Mahal Sahiba, y su hija, c. 1855–56 (fotografía de Ahmad Ali Khan)
La forma de baile clásica de Kathak, una vez arraigada en los rituales del templo, encontró una nueva identidad en la corte de Nawab. Mientras los bailarines buscaban patrocinio, el arte evolucionó con el refinamiento real. Bajo la guía de Wajid Ali Shah, Kathak abrazó el drama, la elegancia y la teatralidad. Se le atribuye la creación de dos estilos distintos: Rahas y Raas. El Nawab no se detuvo en la coreografía: a menudo interpretaba a Rahas, bailando junto a las mujeres de su cancha en grandes espectáculos.
Su devoción a las artes era de por vida y profundamente secular. Aunque un musulmán practicante, sus pasiones creativas bordearon las fronteras religiosas. Su relación con el rendimiento era sagrada, sensual y espiritual, a veces todo a la vez.
Según los informes, se dice que los astrólogos predijeron que Wajid Ali Shah podría algún día renunciar al mundo y convertirse en un yogui. Para contrarrestar este destino celestial, se aconsejó a sus padres que lo vestieran como yogui en cada cumpleaños. Este ritual se convirtió en una de las tradiciones más extraordinarias de su reinado.
Fundó la parikhaana, literalmente, ‘una residencia de las hadas’, donde cientos de mujeres, conocidas como París, fueron entrenadas en la música y la danza clásica. En su cumpleaños, el Nawab se vestía con túnicas de azafrán, su piel manchada de cenizas hecha de perlas, una mala mala en la mano, acompañada de dos París vestidos como joganos. Juntos caminarían por los terrenos del palacio en un ritual que era tan teatral como espiritual.
Las tradiciones que nutrió, Rahas, Kathak y Jogia Jashan, se han convertido en una parte intrínseca de la tela cultural de Awadh.