¿Qué es el francés croissant? Rastreando su viaje escamosa de la guerra a ser un ícono de pastelería


¿Sabes dónde se originó tu ‘Prashant’ favorito?

¿Son los croissants franceses?
¡Sorprendentemente, el croissant no es en realidad de origen francés! El verdadero antepasado del croissant es el Kipferl austriaco, un rollo horneado más denso y más dulce que se remonta al siglo XIII. Estas golosinas en forma de media luna se hicieron comúnmente de masa de trigo de levadura y, a veces, se llenaban de nueces.
Un mito popular sugiere que el Kipferl fue creado para celebrar la victoria de Austria sobre el Imperio Otomano en la Batalla de Viena, con su forma media de media representa burlonamente del símbolo de la luna en la bandera otomana. Sin embargo, muchos historiadores de la comida descartan esta historia como una mera leyenda.
Entonces, ¿cómo se dirigió este deleite austriaco a Francia? Al contrario de la noción romántica de que Marie Antoinette lo introdujo en la corte francesa debido a la nostalgia por los alimentos austriacos, el viaje de Kipferl a Francia se puede rastrear de manera más confiable hasta 1839. Luego, un oficial de artillería austríaco llamado August Zang abrió una panadería vienés en la panadería en vienas en el parís, presentando a los parisianos a este delicado en la espiga.

Los franceses, naturalmente enamorados de esta nueva masa, comenzaron a elaborar sus propias versiones y lo llamaron «croissant», refiriéndose a su forma de media luna distintiva. Sin embargo, la transformación crucial ocurrió en 1915, cuando el panadero francés Sylvain Claudius Goy documentó la primera receta de croissant francés. En lugar de usar masa de brioche como Zang, Goy empleó una masa de levadura laminada, creando esas capas delgadas y escamosas que asociamos con los cruasanes hoy.
La popularidad del croissant se elevó tan alta que para 1920, el gobierno francés lo reconoció oficialmente como un producto nacional francés. A pesar de sus raíces extranjeras, el croissant había sido aceptado y transformado a fondo por la experiencia culinaria francesa. Las innovaciones modernas han hecho que los cruasanes sean aún más accesibles en todo el mundo. En 1981, la Sara Lee Corporation fue pionera en un método para congelar la masa de croissant para el envío, permitiendo que las empresas y los panaderos del hogar preparen croissants recién horneados con una habilidad mínima.
Hoy, existen innumerables variaciones a nivel mundial, desde el Xuixo lleno de crema de España hasta el Croissan’wich de comida rápida de Estados Unidos. Incluso en la India, hemos abrazado este deleite mantecoso en nuestras panaderías y cafés. Entonces, la próxima vez que alguien diga «Prashant» al referirse a esa pastelería escamosa y mantecosa, puedes reírte, ¡pero también sabrás el fascinante viaje de cómo un kipferl austriaco se transformó en un tesoro nacional francés y finalmente en un elemento básico de desayuno global que incluso tiene su propio momento viral en la cultura de Internet india!