En un discurso aleccionador, el primer ministro de Singapur, Lawrence Wong, describe cómo la escalada de tarifas de Donald Trump está reestructurando la economía global, y no para mejor. Hablando al margen de la intensificación de las tensiones de los Estados Unidos-China, Wong advierte sobre un «mundo bifurcado» emergente donde la economía global se divide entre dos ecosistemas rivales: uno centrado en Estados Unidos y el otro en China. Para economías pequeñas y abiertas como Singapur, esto es más que un cambio geopolítico: es un desafío económico existencial. A medida que las cadenas de suministro vuelven a cablear y la confianza global erosiona, el orden basado en reglas que alimentó la prosperidad de Singapur está bajo amenaza. Wong señala que es probable que el nuevo panorama global sea más multipolar, más disputado y menos coordinado. Pero Singapur, insiste, no es impotente. Tiene buena voluntad global, asociaciones económicas profundas y una marca global fuerte. Wong pide a las naciones de ideas afines para proteger el multilateralismo y dar forma a un orden global más estable en los próximos años. Observe este importante discurso para comprender cómo puede ser la economía del Nuevo Mundo, y cómo las naciones más pequeñas pueden adaptarse con la estrategia, la diplomacia y la determinación.