‘Se suicidarían’: el ex funcionario del Pentágono explica por qué China no permitirá que Irán se estrangule Hormuz Lifeline

Irán puede estar amenazando con cerrar el estrecho de Hormuz, pero el ex funcionario del Pentágono de EE. UU. Michael Rubin dice que la medida sería «suicida», y Washington y Beijing lo saben.
A medida que las tensiones aumentan después de los ataques aéreos de los Estados Unidos en los sitios nucleares iraníes, Teherán ha emitido una audaz advertencia: el Estrecho de Hormuz podría cerrarse «en cuestión de horas». Pero los analistas militares y los expertos estratégicos son escépticos. El estrecho, un punto de estrangulamiento marítimo estrecho a través del cual casi 20 millones de barriles de petróleo fluyen al día, es simplemente demasiado vital, no solo para los enemigos de Irán, sino también para sus parejas más cercanas.
«El cuarenta y cuatro por ciento del combustible que pasa por Hormuz termina en Asia, principalmente en China, y hasta cierto punto en India», señaló Rubin. «Así que puede haber una breve interrupción. Pero más allá de eso, Irán se suicidará».
Rubin enfatizó que la propia dependencia de Irán de las importaciones de combustible, incluida la gasolina, significa que cerrar Hormuz estrangularía su propia economía antes de lastimar a sus adversarios. «Su ejército y economía se marchitarían», dijo, dejando en claro que la amenaza puede ser un teatro más político que la realidad militar.
China, el mayor socio comercial de Irán y el mayor comprador de su petróleo, juega un papel tranquilo pero poderoso en esta ecuación. Un cierre completo de Hormuz socavaría severamente la seguridad energética de Beijing e interrumpiría las rutas de suministro clave bajo la iniciativa Belt and Road. China ha invertido mucho en la infraestructura iraní, incluidos los enlaces ferroviarios como la línea de carga operativa recientemente desde Xi’an a Teherán, para solidificar la conectividad comercial. Un conflicto regional que reduce el petróleo y descarrila la logística no está en interés de Beijing.
«China puede no oponerse públicamente a la retórica de Teherán, pero utilizará su influencia económica detrás de escena», dijo un analista. «Si Hormuz se ahoga, China sangra primero».
Las rutas de suministro alternativas, incluidas las tuberías de Arabia Saudita y los EAU que evitan a Hormuz, ofrecen cierta resistencia, pero tienen capacidad limitada. Estados Unidos también ha intensificado las exportaciones de energía, posicionándose como un proveedor respaldo.
A pesar de las ardientes amenazas de Teherán, el estrecho de Hormuz es más fácil decirlo que hacerlo. Irán puede perder más de lo que gana, y con la energía de la energía de China en la línea, Teherán puede encontrarse presionado tanto de rivales como de aliados para mantener fluyendo el petróleo.