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La presión de los Estados Unidos puede romper la influencia iraní en Iraq | Opiniones

En los últimos dos años, la red de aliados de Irán en el Medio Oriente ha recibido golpes dolorosos. En Siria, el régimen del presidente Bashar al-Assad se derrumbó. En el Líbano, Hezbolá se vio obligado a dejar sus brazos bajo un alto el fuego de los Estados Unidos y ahora enfrenta presión para desarmar. En Yemen, los hutíes se vieron obligados a dejar de interrumpir el tráfico marítimo a través del Mar Rojo después de un bombardeo masivo de infraestructura y áreas civiles por parte de las fuerzas estadounidenses. El jueves, un ataque israelí mató a su primer ministro, Ahmed al-Rahawi, junto con varios otros ministros.

La disuasión una vez formidable de Irán se ha reducido espectacularmente. Y ahora parece que puede disminuir aún más, ya que su influencia en Irak cuelga de un hilo. El gobierno iraquí enfrenta una presión creciente de los Estados Unidos para controlar los aliados iraníes en las fuerzas de movilización populares (PMF), una formación de grupos paramilitar predominantemente chiítas.

Si bien absorber el PMF al ejército iraquí, como lo exige Estados Unidos, puede ser una empresa formidable y arriesgada, si se logra, podría fortalecer el estado y la soberanía iraquí.

El éxito de la presión estadounidense

La breve historia del PMF encarna la situación más amplia de Iraq de luchar para lograr la estabilidad, la seguridad y la soberanía mientras equilibra las presiones de los Estados Unidos e Irán.

Sus grupos paramilitares se formaron en respuesta al aumento de ISIL (ISIS) en 2014, que fue el resultado directo del vacío de seguridad en el país. El ejército iraquí se había disuelto en 2003 después de la invasión de los Estados Unidos y la fuerza reconstituida carecía de la moral y la preparación para asegurar el país.

El PMF tuvo éxito en detener el avance de ISIL, donde el ejército regular había fallado, pero muchos de sus miembros fueron cooptados por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán como herramientas de influencia regional.

Hoy, el PMF todavía ejerce una enorme influencia dentro de Iraq. Abarca grupos que realmente buscan la integración con las facciones militares y de línea dura iraquí que permanecen sin disculpas leales a Irán.

El primer ministro iraquí, Mohammed al-Sudani, enfrenta una creciente presión estadounidense para disolver los grupos paramilitares, pero también retrocede de su propia coalición de gobierno, en la que el PMF tiene un apoyo sólido.

La solución estadounidense propuesta para absorber las unidades compatibles en el ejército regular mientras purgan a los líderes de la milicia de los puestos de autoridad representa nada menos que una reestructuración integral de la arquitectura de seguridad de Iraq. En respuesta, algunos legisladores iraquí han empujado en la dirección opuesta con una legislación que consagraría permanentemente el PMF como una fuerza militar independiente.

El Factura de integración de PMF Presentado en marzo tiene como objetivo actualizar su estado de una fuerza temporal a un cuerpo militar permanente e independiente, completo con su propio presupuesto, estructura de comando y academia militar. También otorgaría al comandante de PMF un rango ministerial, institucionalizando lo que Washington ve como influencia iraní dentro del gobierno de Irak.

La presión de los Estados Unidos logró retirar el proyecto de ley del Parlamento por ahora. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, advirtió explícitamente que aprobar dicha legislación desencadenaría una revisión integral de las relaciones entre Estados Unidos y Iraquí, potencialmente incluyendo sanciones. Esta amenaza tenía peso dada la reciente imposición de Washington del 35 por ciento de aranceles en Irak.

En junio, bajo la presión de los Estados Unidos, el desembolso de los salarios de los combatientes de PMF se interrumpió cuando el Banco Al-Rafidain de propiedad estatal iraquí no procesó transacciones electrónicas.

Ha habido llamadas Desde legisladores estadounidenses hasta sanciones de Al-Rafidain Bank sobre un escándalo de corrupción de 2022 en el que $ 2.5 mil millones de fondos estatales fueron desviados en medio de acusaciones de que las cifras cercanas al PMF estaban involucradas.

El inevitable cálculo

El debate en Bagdad ya no se trata de si el PMF puede permanecer como se constituye actualmente. Esa pregunta ha sido respondida en Washington. Al-Sudani enfrenta una presión abrumadora para dejar de tolerar un ejército paralelo alineado iraní dentro del estado iraquí.

La dirección en la que está entrando Iraq es clara. El orden político de Iraq, dominado durante mucho tiempo por los aliados de Irán y sostenido por la corrupción sistemática, enfrenta una transformación fundamental bajo una presión estadounidense sostenida. La última gran fortaleza regional de Teherán está bajo asedio, y Washington parece decidido a no dejar el resultado al azar.

Al-Sudani se doblará a la presión estadounidense porque no tiene una alternativa viable. Las facciones dispuestas a distanciarse de Teherán serán absorbidas por el ejército regular. Aquellos que se niegan serán aislados, desmantelados o se cortan sus fondos. Este resultado no es una cuestión de si sino cuándo.

Los riesgos son sustanciales. Los grupos paramilitares leales al Irán pueden resistir violentamente la disolución. Teherán, a pesar de su posición regional debilitada, conserva la capacidad de fomentar el caos a través del territorio iraquí.

Los fantasmas de 2006 pueden aumentar nuevamente, e Irak, cansado de la guerra, aún pueden ser arrojados a conflicto civil. Pero si las instituciones iraquíes logran resistir la tormenta, esto allanaría el camino hacia una soberanía más fuerte, que el estado iraquí ha faltado directamente desde la invasión estadounidense de 2003.

Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no reflejan necesariamente la postura editorial de Al Jazeera.

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